English source text
(Texto original en inglés)
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Is the Planet full?
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The central question—‘is the planet full?’—is not about numbers, but about how those numbers are managed. Many challenges spill across national borders, posing difficulties for global management. In a system studded with veto points and institutions in need of urgent reform, the overarching problem is benign neglect of the planet. Globalization has made it possible to raise incomes and support expanding populations, but it has also created new forms of systemic risk that reflect an increasingly complex and interconnected world. Whether the planet is full depends on our capacity to harvest the benefits of globalization to manage, mitigate, and adapt to the spiralling negative spillovers.
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Governance is Key
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The question of whether our planet is full cannot be posed simply in terms of numbers, be they of newborns or of carbon emissions and the overall availability of resources. The crucial question is how resources are managed and humans cooperate. The issue of demographics and resources are mediated through political and social institutions. The success or failure of the institutions established to manage our collective resources and address our collective challenges significantly raises or lowers the point at which the growth in population or resource use becomes limiting. The current benign neglect of appropriate institutional arrangements which can shape behaviours and influence outcomes undermines the sustainability of our planet and greatly lowers the thresholds for the planet being full.
Traducción al español
(Spanish translation)
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¿Hay planeta para todos?
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Para responder a esta pregunta, no deberíamos centrarnos en las cifras en sí mismas, sino en la manera en que estas se administran. Los numerosos retos que trascienden las fronteras dificultan la gestión global; asimismo, en un sistema donde abundan las restricciones y donde las instituciones necesitan una reforma urgente, el problema generalizado es el abandono intencional del planeta. La globalización permitió incrementar los ingresos y sustentar el aumento de la población, pero también generó nuevas formas de riesgo sistémico que ponen de manifiesto un mundo cada vez más complejo e interconectado. La respuesta, entonces, estará dada por nuestra capacidad para aprovechar los beneficios de la globalización con el fin de gestionar y mitigar las consecuencias negativas intrínsecas del sistema y de adaptarse a ellas.
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La gobernanza es fundamental
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La pregunta que nos convoca no se puede abordar simplemente en términos de cifras, ya sea de natalidad o de emisiones de carbono en relación con la disponibilidad general de los recursos. La cuestión fundamental reside en el modo en que se gestionan los recursos y en cómo cooperan los seres humanos. Las instituciones políticas y sociales dirimen los asuntos demográficos y de recursos. El éxito o el fracaso de las instituciones creadas para gestionar los recursos comunes y hacer frente a los desafíos colectivos estará determinado por su capacidad de lograr un equilibrio entre el crecimiento de la población y los recursos disponibles. La capacidad de acogida del planeta se ve menoscabada por el actual abandono intencional de los acuerdos institucionales pertinentes, que puede determinar los comportamientos sociales e incidir en los resultados. Como consecuencia, la capacidad de acogida es menor.